jueves, 22 de abril de 2010

Artículo en el DEIA

Antifaz, con el telón bien alto

El grupo de teatro creado por vecinos de Zalla celebra su vigésimo aniversario


Elixane Castresana - Miércoles, 21 de Abril de 2010.

La primera función levantó una expectación inusitada en el salón de actos del Colegio Maristas, entonces Irlandesas. Al levantarse el telón para representar El sexo débil, el grupo Antifaz descubrió un auditorio lleno a reventar. Una primera impresión que vino a confirmar lo que ya sabían: en Zalla había ganas de teatro. Dos décadas después de esta escena, la compañía -integrada por vecinos del municipio y los alrededores unidos por su pasión por actuar- conmemora su vigésimo aniversario sobre las tablas.

A lo largo de su trayectoria han crecido en todos los sentidos.

Las cuatro personas que fundaron el grupo tras asistir a unos cursillos municipales de interpretación, son ahora 21. "Al acabar pensamos que por qué no podíamos seguir adelante, así que fuimos a la biblioteca a buscar historias que pudiéramos interpretar", recuerda Tomás Treviño. "Hasta el vestuario nos lo tuvimos que buscar nosotros", añade Lola Vázquez.

Ellos dos forman parte de Anfifaz desde el principio y se mantienen al pie del cañón aportando su experiencia a los compañeros más jóvenes. "Cuando tenía 11 años y estudiaba en el Colegio Mimetiz, Tomás vino a hablarnos de teatro y ya entonces me picó el gusanillo", rememora Leyre Amezaga, que se unió en 2001. El tinerfeño Francisco Chiyah hizo lo propio hace tres años y medio cuando se mudó a Zalla, al casarse. La última incorporación es la balmasedarra Inoska Angulo. Acaba de debutar con Mi mujer es el fontanero y cree que "el aplauso es la mejor recompensa, porque trabajamos mucho".

Compaginar con el trabajo

Sobre todo, si hay que compatibilizar el estudio del guión, unos ensayos que duran meses y las representaciones con las obligaciones laborales. "Al planificar una obra preguntamos cuánta gente está disponible y nos organizamos a relevos, porque no podemos juntarnos todos", explica Tomás Treviño.

Aun así, su afición y dedicación pueden con todo. "Cada uno emplea su propia técnica. Yo, por ejemplo, aprovecho el camino al trabajo para escuchar el guión grabado en una cinta", dice Iñaki Villalvilla, otro de los veteranos. "Creo que somos unos románticos de esto", añade.

Esa es una de las razones que les llevaron a recoger el testigo de Amanecer, una formación teatral zallense que actuaba en el frontón local en los años cincuenta. En homenaje a ellos, Antifaz se enfrentará, los días 29 y 30 de mayo y el 2 de junio, a La Muralla, una pieza habitual en el repertorio de sus predecesores. Se trata del primer drama que llevan al escenario, y por tanto, supondrá un hito en su historia.

Pero ha habido más. Nadie de los que entonces estaban en la compañía olvida la representación de la pastoral de San Pedro Zarikete en el verano de 1995. Ante las 2.000 personas presentes en el patio del Colegio de las Irlandesas recrearon los episodios más destacados de la historia de Zalla, desde la leyenda de la bruja Lucía de Aretxaga al origen de la industria papelera. "Hubo continuación al año siguiente, pero no se ha vuelto a repetir y es una pena. Estaría bien retomar el proyecto", propone Iñaki Villalvilla.

En cambio, sí se ha cumplido su deseo de actuar en un nuevo teatro, el mismo que el domingo 16 de mayo acogerá una velada de aniversario muy especial.

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